domingo, 28 de febrero de 2016

Cómo enseñar a tu hijo/a a realizar peticiones

La mayoría de los niños/as con autismo u otros TGD no poseen la habilidad de pedir. Esta dificultad, puede derivar en conductas disruptivas como llantos, rabietas, pataletas, etc... dado que el niño/a no tiene una herramienta de comunicación para expresar que desea y que no.  A continuación, les ofrecemos varios consejos sobre cómo enseñar dicha habilidad.



Objetivo: Enseñar o fomentar los mandos y/o peticiones de tu hijo/a

Qué hacer:

1. Para trabajar las peticiones existen unas habilidades prerrequisitas que vuestro hijo/a ha de tener:

   - Contacto ocular
   - Permanecer de pie o sentado 
   - Esperar la demora
   - Extender brazo o señalar

Si estas habilidades no están dentro del repertorio de vuestro hijo/a han de trabajarse antes de comenzar  la enseñanza de las peticiones.

2. Hacer un listado de los reforzadores, premios o juguetes más atractivos de vuestro hijo/a y otro listado de objetos neutros.

3. Existen diferentes niveles dentro de las peticiones que van de menor a mayor complejidad:

     - Empezaremos presentando dos objetos a elegir uno que le guste mucho y otro neutro con el objetivo de que extienda el brazo o señale el objeto que desea, siempre manteniendo un contacto ocular con el adulto que le muestra la elección.

   - Posteriormente, cuando el niño/a aprenda a elegir objetos, esos objetos atractivos pasarán a fotos que colocaremos en un panel, con el objetivo de que el niño/a elija de entre esos objetos cual desea, manteniendo un contacto ocular con el adulto que le muestra el panel.

   - Llegados a este punto, podremos enseñar a parte del panel de objetos, peticiones con objetos en estanterías donde el niño no tenga acceso, e ir generalizándolas a contextos naturales (ej : que elija que galletas quiere de un supermercado).

   - Si el niño posee lenguaje, este es el momento de añadir este aspecto. Le enseñaremos a entregar al adulto el objeto o foto del objeto que desea,  mencionando una aproximación del nombre de ese objeto. Posteriormente, le enseñaremos nombres completos de esos objetos y finalmente frases de peticiones ej:“quiero chuches”.

No debemos olvidar: la importancia del contacto ocular, de la mirada al adulto compartiendo lo que desea en ese momento.

Para cualquier duda, contacte con un profesional cualificado.

lunes, 22 de febrero de 2016

Relato de una mamá sobre su experiencia con la terapia ABA

Con éste relato me gustaría transmitir un mensaje de apoyo y esperanza a todas esas madres que, como yo, se enfrentan al reto diario de criar y educar a un niño con dificultades.

A los 24 meses de edad mi pequeña fue diagnosticada con retraso madurativo y derivada al equipo de atención temprana de la zona donde posteriormente fue valorada con objeto de determinar el tipo de apoyos que necesitaría en el colegio.
Aunque a los 30 meses poseía un amplio vocabulario, éste no era funcional, apenas desarrollaba juego simbólico, la atención conjunta era pobre y el contacto ocular escaso. Tenía también problemas alimenticios, ya que apenas masticaba sólidos, tan solo patatas fritas y galletas maría.
Todos estos motivos les llevaron a pensar que podía tratarse de un caso de TEA.
Cuando nos comunicaron sus sospechas  me derrumbé. Sentí una mezcla de dolor, impotencia, rabia, miedo y una inmensa tristeza que me desgarraba el alma.  De no ser por mi pequeña, por su sonrisa, por su ternura, por su inocencia…., no sé cómo habría podido sobrellevar tan duro golpe.

Determinaron que debía ser matriculada en un centro escolar ordinario con apoyos de pedagogía terapéutica y audición y lenguaje tres veces por semana.
Se incorporó al colegio poco antes de cumplir los tres años ya que nació en el mes de noviembre. Durante el primer trimestre tenía dificultades para prestar atención, apenas era capaz de realizar las tareas requeridas sin la ayuda de un adulto y le costaba seguir las rutinas del aula y desarrollar  funciones de autonomía personal,tales como quitarse el abrigo y colocarlo en su perchero para posteriormente sentarse en la asamblea con el resto de compañeros, colocar la mochila en su bandeja, etc. Tampoco controlaba esfínteres, por lo que yo le ponía todos los días una braguita pañal que le cambiaban tres veces a lo largo de la jornada.

Poco después de haber comenzado el cole, al que por cierto, iba muy contenta, recibí una información sobre un curso para padres de niños con dificultades al que decidí asistir de inmediato. Fue allí dónde conocí, entre otras a migas, a Rosa, quien me habló de “LA PIEZA DEL PUZZLE” y su extraordinaria forma de trabajar mediante la aplicación de la terapia ABA, una técnica que por desgracia todavía se aplica muy poco en España, pero mediante la cual se han obtenido muy buenos resultados en los EEUU, dónde lleva realizándose mucho tiempo. Siempre le estaré agradecida por ello.

Cuando se lo comenté a mi marido, decidimos concertar una cita con ellas. Primeramente valoraron a la niña durante cerca de dos horas y me sorprendió gratamente la fiel descripción que posteriormente  hicieron de ella, cómo habían captado a la perfección cuales eran sus aptitudes y dónde residían sus mayores dificultades.
Elaboraron un plan de trabajo  y se pusieron manos a la obra.

Poco tiempo después comenzamos a percibir los primeros resultados. Mi pequeña se mostraba mucho mas conectada al entorno y su contacto ocular había mejorado considerablemente. En el colegio también habían advertido todos estos cambios haciéndome saber durante la reunión del último trimestre que se había producido una gran mejoría en cuanto a sus aptitudes y actitudes en general.

Tras nueve meses de tratamiento, el balance no puede ser mas favorable. Poco a poco ha ido aumentando su vocabulario y su capacidad lingüística y comunicativa que un principio eran limitadas, han dado paso a un lenguaje mucho mas espontáneo y funcional. Ha desarrollado juego simbólico, del que nos hace partícipes a su papá y a mí constantemente y a día de hoy tiene control de esfínteres y come prácticamente todo tipo de alimentos sólidos. Afortunadamente puedo decir que mi niña va mejorando día a día en cada aspecto de su desarrollo: motriz, verbal, cognitivo…

Nunca estaré suficientemente agradecida a todo el equipo de “LA PIEZA DEL PUZZLE” por su profesionalidad, dedicación y apoyo.
Gracias a ellas mi pequeña se ha convertido en la niña que es hoy: mas atenta, mas risueña, mas comunicativa, mas cariñosa…., mas FELIZ. 
GRACIAS Ingrid, Sara, y Manuela por todo vuestro trabajo.  Sé que aún nos queda camino por recorrer y espero poder seguir contando con vuestra ayuda.

No puedo decir con exactitud cuál es el verdadero diagnóstico de mi hija: TEA, TGD, TEL, Retraso madurativo sin más…, lo que sí sé es que necesitaba ayuda y por fortuna la hemos encontrado.
Por supuesto, de vez en cuando tengo mis momentos bajos, ¿quién no los tiene?, pero cuándo veo luchar a mi pequeña,  desaparecen todos mis temores y vuelvo a la carga.

Nuestro deber como padres es ayudar a nuestros hijos a crecer y desarrollarse como personas de bien, pero sobre todo, a ser FELICES.  Esa es mi máxima ahora y por ello lucho con tesón y esperanza.


                                                                                                                                                      Paloma.

lunes, 15 de febrero de 2016

Como evitar y trabajar las “rigideces”

Llamamos “rigideces” a conductas no funcionales que el niño/a las que el niño se aferra y repite una y otra vez, y de no ser así se desencadena una conducta inadecuada como puede ser una rabieta.

Algunos ejemplos son: querer ponerse siempre la misma camiseta, o comer siempre con la misma cuchara, hacer siempre el mismo camino para ir al cole, sentarse en el mismo sitio para ver la tele, colocar una y otra vez el mismo objeto en un determinado lugar, etc.. .

Objetivo: Reducir y/o extinguir una conducta “rígida”  
                                         
Que hacer:

Seguro que ya conocéis a vuestro hijo lo suficiente como para anticipar que se va a producir una conducta “rígida”. Es más, a menudo es su propio entorno el que la mantiene para evitar que se produzca una rabieta. Pues bien, aprovechemos esta información para anticiparnos a la rigidez y trabajarla.  

Vamos a diferenciar dos formas de anticipación:

1.    La rigidez ya existe,  ya sabemos que va a ocurrir si el niño/a no cumple con su ritual, pero hoy hemos decidido que nos vamos a enfrentar a ello. Debemos utilizar lo que llamamos reforzamiento diferencial, es decir, yo ya sé que lo que va a ocurrir ahora va a provocar una queja en el niño/a, de manera que me voy a anticipar y voy a distraer la atención de mi hijo/a con alguna demanda que voy a reforzar. De esta manera estamos provocando una situación reforzante alternativa para el niño/a que haga que o bien se olvide de su rigidez o bien le merezca más la pena por lo reforzante que es, que empezar con una rabieta.

Ejemplos: si el niño/a siempre quiere el mismo plato para comer, podemos cambiarlo y poner su comida preferida en otro diferente provocando así que sea más atractivo comer que tener una rabieta por cambiar el plato. Otro ejemplo, si el niño/a siempre quiere ir por el mismo camino, escogeremos un reforzador potente y lo utilizaremos para redirigirle hacia otro camino y reforzarle por ello.

2.    Otra forma de anticipación sería el intentar evitar que el niño/a llegue a tener la rigidez. Es decir, si ya sabemos de la tendencia del niño/a a tener  determinadas rigideces, hacer su entorno y su día a día lo suficientemente variable de forma que así evitemos que aparezca la “rigidez”. A veces no nos damos cuenta de que somos nosotros mismos los que hemos creado un patrón repetitivo de conducta, hasta que un día se rompe y comprobamos que nuestro hijo/a no lo tolera. Por eso hay que estar atentos y anticiparnos a no crear estas rutinas.

Ejemplos: subir y bajar de casa a veces por el ascensor, a veces por las escaleras; a veces no ponemos el pijama antes de cenar y otras después; etc…  

No debemos olvidar: Reforzar que el niño/a tolere que cambiemos algo que él o ella quiere mantener y trabajar para evitar que se creen nuevas rutinas y rigideces.

Este tipo de conductas cuando aparecen, es recomendable que se trabajen y no evitar el enfrentarnos a ellas, ya que eso solo generará que se afiancen aún más ya que se irá una pero aparecerá otra y si no se trabajan cada vez tendrán una mayor frecuencia e intensidad.



domingo, 7 de febrero de 2016

Mi experiencia como terapeuta ABA (por Paloma Estrada)

Hola, mi nombre es Paloma.  Desde hace dos años trabajo como terapeuta en La Pieza del Puzzle, estoy licenciada en Psicopedagogía con Máster en Atención Temprana y especializada en terapia ABA. Antes de licenciarme, me diplomé en Educación Infantil y más tarde en Educación Especial.

Durante todos los años de universidad, jamás pensé que me iba a dedicar a esto, tenía claro que me gustaba trabajar con niños, luego fui más allá y comprendí que lo que me motivaba y realmente me gustaba era ayudar a los niños que tuvieran más dificultades. Aún así, cuando acabé mis estudios seguía descolocada, por mi cabeza la misma frase se repetía día tras día, “¿y ahora qué hago yo, con lo bien que estaba en la universidad?”. A todo esto le sumamos que acabé mis estudios en el momento menos apropiado, la crisis estaba en el punto más alto y las dificultades para encontrar trabajo eran muchas.

Fue cuando más desorientada estaba con respecto a mi futuro, cuando apareció Manuela. Bueno, realmente no apareció porque ya teníamos relación desde hace muchos años. Ella, sabiendo de mi vocación por trabajar con niños, siempre me había hablado de la terapia ABA, yo no tenía ni idea de en qué consistía, pero solo por la pasión con la que me hablaba de ella, me decidí a ir un día a observar a varios niños y ver el trabajo que realizaban ella e Ingrid en la consultoría que acababan de abrir.

Llegó mi primer día como observadora y me encantó, al segundo día me enamoró, no necesité ni un día más para darme cuenta de que me tenía que dedicar a eso. Rápidamente me matriculé en el master ABA, no podía perder más tiempo y además estaba impaciente por poder ser terapeuta. Mientras que estudiaba el máster tuve suerte porque empecé observando a niños e iba viendo sus avances, (niños que hoy en día siguen en terapia y que hoy en día siguen avanzando). Y al final también pude hacer prácticas, fue el estar en contacto con los niños lo que hizo que la terapia me fuese entusiasmando cada vez más, esta vez si que tenía ganas de acabar mis estudios para poner en práctica todos mis conocimientos, esta vez ya sabía que yo quería formar parte de La Piezza del Puzzle.

Finalmente acabé el máster y por fin iba a poder dedicarme a lo que quería. Al principio empecé con un poco de “miedo”, por el simple hecho de que para empezar a trabajar con los niños, primero tienes que tener un control instruccional sobre ellos y esta parte desde mi punto de vista era la más dura, puesto que era nueva para mi. Ahora después de trabajar con varios niños, sigue siendo lo más dura, pero ya no voy con esa inseguridad del principiante, ahora es pan comido.

La mayoría de estos niños con los que empecé , comenzaban de 0 incluso de -0, algunos no se mantenían sentados,  otros no comían, otros no paraban de llorar, otros se autoagredían… En fin, teníamos una liada… Todas estas conductas poco a poco  fueron desapareciendo y las sesiones comenzaban a ser divertidas, los niños aprendían, se lo pasaban bien y yo cada día estaba más contenta, porque veía que realmente esta terapia funcionaba.
Todo el progreso no es solo responsabilidad mía,  también es de  Manuela e Ingrid, de mis compañeras y de los padres que son muy obedientes y hacen caso a lo que se les diga.

Es cierto que hay días que son duros, ya que ellos como todos los seres humanos, también tienen días buenos y días malos. En este caso la paciencia es lo primordial, pero sobre todo es una oportunidad de demostrarte a ti misma que eres capaz y que eres una buena profesional. Que cuando una sesión se complica, ellos también aprenden, aunque sea más lento o se trabaje conducta, aprenden.

Yo personalmente estoy encantada, me levanto todos los días feliz gracias a que me dedico a lo que realmente llena, todos los días voy contenta a trabajar, cuando estoy tiempo sin ver a "mis niños" les echo de menos, no lo puedo evitar. Y se que ellos, aunque no lo manifiesten, también me echan de menos a mi. ¡Son los mejores y unos campeones!

Es una maravilla ver como avanzan, que la  alumna  que no se sentaba, ahora trabaja 2 horas y no se levanta de la silla. El que no comía, ahora come de todo. El que lloraba, dejó de llorar y aprendió muchísimas cosas. Y el que se autoagredía,  dejó de hacerlo.

Desde mi punto de vista, terapia ABA, es la terapia más completa, es la única con la que yo he comprobado que realmente se consiguen resultados. Y simplemente añadir para los que todavía no lo tienen muy claro, que si, que en terapia ABA somos estrictas y marcamos límites. Pero también somos muy cariñosas, también jugamos, también comprendemos, y es por eso, que cada día nos demuestran lo que nos quieren.

Quiero terminar dando las gracias a Manuela e Ingrid por hacer posible La Pieza del Puzzle. Pero sobre todo quiero dar las gracias a todos los padres por tener a los mejores niños del mundo y por la confianza que depositan en mi dejándolos en mis manos.


Paloma Estrada San Nicolás