Hola, mi nombre es
Paloma. Desde hace dos años trabajo como
terapeuta en La Pieza del Puzzle, estoy licenciada en Psicopedagogía con Máster
en Atención Temprana y especializada en terapia ABA. Antes de licenciarme, me
diplomé en Educación Infantil y más tarde en Educación Especial.
Durante todos los años de
universidad, jamás pensé que me iba a dedicar a esto, tenía claro que me
gustaba trabajar con niños, luego fui más allá y comprendí que lo que me
motivaba y realmente me gustaba era ayudar a los niños que tuvieran más
dificultades. Aún así, cuando acabé mis estudios seguía descolocada, por mi
cabeza la misma frase se repetía día tras día, “¿y ahora qué hago yo, con lo
bien que estaba en la universidad?”. A todo esto le sumamos que acabé mis
estudios en el momento menos apropiado, la crisis estaba en el punto más alto y
las dificultades para encontrar trabajo eran muchas.
Fue cuando más desorientada
estaba con respecto a mi futuro, cuando apareció Manuela. Bueno, realmente no
apareció porque ya teníamos relación desde hace muchos años. Ella, sabiendo de
mi vocación por trabajar con niños, siempre me había hablado de la terapia ABA,
yo no tenía ni idea de en qué consistía, pero solo por la pasión con
la que me hablaba de ella, me decidí a ir un día a observar a varios niños y
ver el trabajo que realizaban ella e Ingrid en la consultoría que acababan de
abrir.
Llegó mi primer día como observadora y me encantó, al segundo día me enamoró, no necesité
ni un día más para darme cuenta de que me tenía que dedicar a eso. Rápidamente
me matriculé en el master ABA, no podía perder más tiempo y además estaba
impaciente por poder ser terapeuta. Mientras que estudiaba el máster tuve
suerte porque empecé observando a niños e iba viendo sus avances, (niños que
hoy en día siguen en terapia y que hoy en día siguen avanzando). Y al final
también pude hacer prácticas, fue el estar en contacto con los niños lo que
hizo que la terapia me fuese entusiasmando cada vez más, esta vez si que tenía
ganas de acabar mis estudios para poner en práctica todos mis conocimientos,
esta vez ya sabía que yo quería formar parte de La Piezza del Puzzle.
Finalmente acabé el máster y por fin iba a poder dedicarme a lo que quería. Al principio empecé con un poco
de “miedo”, por el simple hecho de que para empezar a trabajar con los niños,
primero tienes que tener un control instruccional sobre ellos y esta parte
desde mi punto de vista era la más dura, puesto que era nueva
para mi. Ahora después de trabajar con varios niños, sigue siendo lo más
dura, pero ya no voy con esa inseguridad del principiante, ahora es pan comido.
La mayoría de estos niños con
los que empecé , comenzaban de 0 incluso de -0, algunos no se mantenían
sentados, otros no comían, otros no
paraban de llorar, otros se autoagredían… En fin, teníamos una liada… Todas
estas conductas poco a poco fueron
desapareciendo y las sesiones comenzaban a ser divertidas, los niños aprendían,
se lo pasaban bien y yo cada día estaba más contenta, porque veía que realmente
esta terapia funcionaba.
Todo el progreso no es solo
responsabilidad mía, también es de Manuela e Ingrid, de mis compañeras y de los
padres que son muy obedientes y hacen caso a lo que se les diga.
Es cierto que hay días que son
duros, ya que ellos como todos los seres humanos, también tienen días buenos y
días malos. En este caso la paciencia es lo primordial, pero sobre todo es una
oportunidad de demostrarte a ti misma que eres capaz y que eres una buena profesional.
Que cuando una sesión se complica, ellos también aprenden, aunque sea más lento
o se trabaje conducta, aprenden.
Yo personalmente estoy
encantada, me levanto todos los días feliz gracias a que me dedico a lo que
realmente llena, todos los días voy contenta a trabajar, cuando estoy tiempo
sin ver a "mis niños" les echo de menos, no lo puedo evitar. Y se que ellos, aunque
no lo manifiesten, también me echan de menos a mi. ¡Son los mejores y unos
campeones!
Es una maravilla ver como
avanzan, que la alumna que no se sentaba, ahora trabaja 2 horas y no
se levanta de la silla. El que no comía, ahora come de todo. El que lloraba,
dejó de llorar y aprendió muchísimas cosas. Y el que se autoagredía, dejó de hacerlo.
Desde mi punto de vista,
terapia ABA, es la terapia más completa, es la única con la que yo he
comprobado que realmente se consiguen resultados. Y simplemente añadir para los
que todavía no lo tienen muy claro, que si, que en terapia ABA somos estrictas
y marcamos límites. Pero también somos muy cariñosas, también jugamos, también
comprendemos, y es por eso, que cada día nos demuestran lo que nos quieren.
Quiero terminar dando las
gracias a Manuela e Ingrid por hacer posible La Pieza del Puzzle. Pero sobre
todo quiero dar las gracias a todos los padres por tener a los mejores niños
del mundo y por la confianza que depositan en mi dejándolos en mis manos.
Paloma Estrada San Nicolás