miércoles, 23 de abril de 2014

Experiencia de una terapeuta ABA

Mi camino con la terapia ABA y con estos niños ha empezado hace relativamente poco, sin embargo, he de decir que son numerosos los cambios positivos que he podido observar y ser partícipe de ellos, tanto en los niños, como en sus familias.

Querría destacar la importancia de la participación de las familias, para establecer objetivos juntos, para intentar transmitirles y ayudarles a manejar las situaciones difíciles que puedan darse con sus hijos, así como mostrarles y transferirles cómo aprenden para que ellos puedan brindarles también las oportunidades adecuadas de aprendizaje. Es difícil hacer que los padres dejen de lado su instinto paternal, y entiendan o actúen como analistas de conducta, pero la formación de padres es muy importante a la hora de generalizar aprendizajes de los niños en contextos naturales, en que les ayudemos a manejar ciertas estrategias y recursos que muchas veces ellos mismos exigen y necesitan por ciertas conductas que manifiestan sus hijos.

Es por ello que la colaboración, la implicación, la constancia y perseverancia de la terapia ABA no sólo se basa en los terapeutas y los niños, sino de todo el entorno que los rodea, y los padres son la pieza fundamental. También mencionar que es posible que los avances en la terapia puedan verse afectados si no existe dicha colaboración, por lo que pensemos en los niños y trabajemos juntos, abran sus mentes para entender e intentar practicar también esta terapia, que puede ayudar a entender muchas conductas de sus hijos y poder anticipar ciertos comportamientos.

En cuanto a mi experiencia, he de decir, y creo que puedo hablar por todos los que nos dedicamos a este ámbito, que aunque suene a tópico, nos sentimos realizados y recompensados por todas esas sonrisas, gestos, caricias que nos han dado alguna vez o cualquier forma en que esos niños se expresan, que sabemos interpretar y valorar.

Alexandra L. Santillana

Terapeuta ABA

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