La probabilidad de que un niño/a con autismo se escape, se calcula en torno al doble que en los niños con desarrollo típico. Si a a esto unimos que en la mayoría de los casos, el niño/a no será capaz de dar sus datos personales, el problema se multiplica y crece el miedo entre las familias de que un día el niño/a pueda salir corriendo de casa o en la calle y le pueda pasar algo.
La solución no es fácil, a continuación os dejamos algunos consejos prácticos que esperamos os sean de utilidad:
- En primer lugar, hay que trabajar de forma anticipada. No esperar a que surja el problema para intervenir, sino adelantarnos a él y "entrenar" a vuestro hijo/a para poder evitar en la medida de lo posible las fugas.
Tendremos en cuenta la edad así como la capacidad cognitiva del niño/a a la hora de enseñar o intentar hacer comprender que debe permanecer a nuestro lado. En función de esto, y ayudándonos de imágenes, podremos explicar al niño/a una historia social que le facilite la comprensión de la norma de no escapar, así como de sus posibles consecuencias, o si su capacidad es menor, simplemente utilizar un pictograma que el niño/a reconozca como "prohibido escaparse". Este pictograma, podremos llevarlo con nosotros siempre que salgamos de casa y enseñárselo al niño/a como recordatorio, o también puede estar colocado en la puerta de casa para que el niño/a pueda verlo y evitar así que salga de casa.
- Todas las familias, saben cuales son las zonas de mayor riesgo de fuga de sus hijos/as, algunos son los parques, otros los centros comerciales, en casa, etc... Esta información nos puede ser muy útil, para poder trabajar y entrenar al niño/a in situ. Se trata de ir a esos sitios y enseñar al niño/a que debe permanecer a nuestro lado. Para ello, llevaremos con nosotros algún reforzador (por ejemplo su chuchería favorita), y pasearemos con el niño/a, recordando a través del pictograma que no debe escaparse. Si el niño/a permanece a nuestro lado le iremos reforzando por ello, al principio en intervalos de tiempo cortos, que iremos ampliando poco a poco a medida que avancemos en el entrenamiento.
Estaremos atentos por si el niño/a entra en fuga, para retenerlo y volver a recordar a través del pictograma que es lo que esperamos de él/ella.
- Otra forma de anticiparnos al problema, es enseñar al niño/a que siempre tiene que saber donde están mamá o papá. A través del juego del escondite, podemos en un primer momento en casa y después incluso fuera de ella, enseñar al niño/a a buscar al adulto. Por ejemplo: la mamá se esconde y el niño/a tiene que encontrarla, cuando lo hace recibe un premio por ello. Al principio, será necesaria la ayuda de otra persona que guíe al niño/a en la búsqueda, después, esta persona se irá desvaneciendo, hasta que el niño/a se acostumbra a saber donde está su madre en todo momento y de lo contrario, buscarla.
- Otra ayuda que se puede valorar, es incluir a un perro entrenado en evitar fugas en niños/as con autismo en la familia. El perro va unido a través de un arnés al niño/a cuando salen a pasear, de manera que si el niño/a tira del mismo porque intenta escapar, el perro se tumba y bloquea que el niño/a pueda irse.
- Por último y sobre todo para niños/as no verbales, es muy importante que siempre lleven consigo una identificación donde aparezca su nombre, dirección y teléfono de contacto.
Sois las familias los que mejor conocéis a vuestro hijo/a, si consideráis que existe riesgo de fuga, no dudéis en trabajarlo y enfrentaros al problema, la solución no pasa por evitar salir de casa o ir a sitios de mayor riesgo, eso limitara vuestra vida y la de vuestro hijo/a. Si lo consideráis necesario, siempre podréis solicitar la ayuda de un profesional que os guiará para conseguir superar las dificultades con las que os podáis encontrar.