Comencé mi
historia como terapeuta hace un año en el lugar equivocado, ese lugar carecía
de cosas indispensables para poder desarrollar un buen trabajo, fue una
temporada muy dura en la cual sentía que esto se quedaba muy grande para mí (ya
que yo no tenía la formación suficiente), no lograba entender y comunicarme con
los niños, me sentía pequeña e inútil y a veces incapaz de mantener el control
sobre ellos, comencé a realizar formación por mi cuenta, asistí a varios cursos
pero no era lo suficiente para mí, seguía sintiéndome perdida, después de 6
meses de inseguridad, nerviosismo y lucha decidí abandonar ,ya que creí que
allí mi formación no avanzaría lo suficiente.
Un día sonó mi teléfono, eran los papás de una
niña, querían que volviera a trabajar con su hija, pero esta vez era diferente
porque mi trabajo sería con “LA PIEZA
DEL PUZZLE”, viajé desde un pueblo
de Cáceres a Madrid llena de nervios, allí pude conocer el centro y a todo el
equipo, me enseñaron su manera de trabajar y me sentí una más durante los 3
días de formación en el centro, conocí su trabajo en domicilios, su manera de
archivar los datos recogidos de cada uno de los niños y además me ofrecieron la
oportunidad de trabajar con los pequeños, en esos tres días me di cuenta que
todo había cambiado que ya nada sería igual, empecé a recuperar la ilusión y a
llenarme de fuerza y vitalidad. Desde entonces viajamos a Madrid cada 15 días
para ver cómo van avanzando los programas y así resolver mis dudas y corregir todos
aquellos fallos que se pueden haber cometido por mi parte, me han enseñado a
realizar informes, recogida de datos, a llevar el control de la situación, a
saber leer cada uno de los movimientos, gestos y sonidos emitidos por la
pequeña, ¡me han enseñado tantas cosas que podría tirarme un día entero
escribiéndolas!.
En 6 meses he
sido capaz de llevar las riendas de mi negocio gracias a la atención y
disponibilidad 24h de Ingrid, ya que todas y cada una de mis dudas han sido (y
serán) resueltas de manera inmediata. La niña y yo ahora tenemos una
comunicación y complicidad maravillosa, sus avances han sido gigantescos en
pocos meses, su ansiedad ha bajado notablemente, el comportamiento es ejemplar
comparado con el de meses atrás, ahora trabaja motivada y contenta, es por eso
que cada día me voy al trabajo con una gran sonrisa en mi cara ¡y la enana
también la lleva!!Sé que aún nos queda mucho, pero también sé que con la ayuda
de “la pieza del puzzle” lo conseguiremos.
Todo esto debo agradecérselo a
Ingrid por enseñarme a amar este trabajo y tener cada día más ganas de aprender,
gracias por tu paciencia y por todo los valores y aprendizajes que me
transmites cada día, también debo dar las gracias a los papás por confiar en
mí.
Rocío Díaz Cebrián
(Terapeuta ABA)
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