lunes, 25 de septiembre de 2017

La experiencia de Rocío Díaz Cebrián

Comencé mi historia como terapeuta hace un año en el lugar equivocado, ese lugar carecía de cosas indispensables para poder desarrollar un buen trabajo, fue una temporada muy dura en la cual sentía que esto se quedaba muy grande para mí (ya que yo no tenía la formación suficiente), no lograba entender y comunicarme con los niños, me sentía pequeña e inútil y a veces incapaz de mantener el control sobre ellos, comencé a realizar formación por mi cuenta, asistí a varios cursos pero no era lo suficiente para mí, seguía sintiéndome perdida, después de 6 meses de inseguridad, nerviosismo y lucha decidí abandonar ,ya que creí que allí mi formación no avanzaría lo suficiente.

 Un día sonó mi teléfono, eran los papás de una niña, querían que volviera a trabajar con su hija, pero esta vez era diferente porque mi trabajo sería con “LA PIEZA DEL PUZZLE”, viajé  desde un pueblo de Cáceres a Madrid llena de nervios, allí pude conocer el centro y a todo el equipo, me enseñaron su manera de trabajar y me sentí una más durante los 3 días de formación en el centro, conocí su trabajo en domicilios, su manera de archivar los datos recogidos de cada uno de los niños y además me ofrecieron la oportunidad de trabajar con los pequeños, en esos tres días me di cuenta que todo había cambiado que ya nada sería igual, empecé a recuperar la ilusión y a llenarme de fuerza y vitalidad. Desde entonces viajamos a Madrid cada 15 días para ver cómo van avanzando los programas y así resolver mis dudas y corregir todos aquellos fallos que se pueden haber cometido por mi parte, me han enseñado a realizar informes, recogida de datos, a llevar el control de la situación, a saber leer cada uno de los movimientos, gestos y sonidos emitidos por la pequeña, ¡me han enseñado tantas cosas que podría tirarme un día entero escribiéndolas!.

En 6 meses he sido capaz de llevar las riendas de mi negocio gracias a la atención y disponibilidad 24h de Ingrid, ya que todas y cada una de mis dudas han sido (y serán) resueltas de manera inmediata. La niña y yo ahora tenemos una comunicación y complicidad maravillosa, sus avances han sido gigantescos en pocos meses, su ansiedad ha bajado notablemente, el comportamiento es ejemplar comparado con el de meses atrás, ahora trabaja motivada y contenta, es por eso que cada día me voy al trabajo con una gran sonrisa en mi cara ¡y la enana también la lleva!!Sé que aún nos queda mucho, pero también sé que con la ayuda de “la pieza del puzzle” lo conseguiremos.

Todo esto debo agradecérselo a Ingrid por enseñarme a amar este trabajo y tener cada día más ganas de aprender, gracias por tu paciencia y por todo los valores y aprendizajes que me transmites cada día, también debo dar las gracias a los papás por confiar en mí.


Rocío Díaz Cebrián (Terapeuta ABA)

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