Las conductas auto-estimulatorias son una
característica frecuente en el diagnóstico del Autismo. Es un comportamiento
repetitivo que cumple una función de gratificación a nivel sensorial. Estas
conductas interfieren en la atención y por tanto en el aprendizaje, son
altamente reforzantes para el individuo y son estigmatizantes. Suelen darse en
situaciones en la que el niño/a se encuentra aburrido o sin actividad que
realizar. Si no se realizan intervenciones eficaces, estos comportamientos
aumentan y se fijan en el tiempo, convirtiéndose más resistentes al cambio.
Estos comportamientos involucran a los cinco
sentidos y puede tomar muchas formas:
1- Movimientos del cuerpo: Esto
incluyen balanceos, agitar los brazos, dar vueltas sobre si mismo, girar los
ojos, etc.
2- Utilización de objetos:
Voltearlos, girarlos, mover las ruedas de un coche, coger y soltar arena,
recoger pelusas. Cuando un niño/a interactúa con un objeto puede parecer que
está jugando con él, pero si observamos detenidamente podremos ver que no está
siendo utilizado de manera funcional.
3- Rituales y obsesiones: Estos
pueden ser alinear objetos, querer ponerse siempre la misma ropa, colocar las
cosas de la misma manera y en el mismo lugar, hablar del mismo tema, cerrar las
puertas al entrar en diferentes lugares, etc.. Involucran reglas que el niño/a
ha desarrollado y que insisten en que las personas de su entorno también las
lleven a cabo.
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