En muchas ocasiones los padres llegáis a nosotras sin aún tener un diagnóstico definitivo, vuestro hijo muestra evidentes signos de retraso en el desarrollo (falta de lenguaje, de habilidades de juego, sociales, etc...) pero el niño aún es pequeño y las causas pueden ser varias: un retraso madurativo, un trastorno del desarrollo, un trastorno específico del lenguaje, etc..., faltan aún más visitas a más profesionales y más pruebas para que al final llegué el ansiado diagnóstico.
Desde la terapia ABA, damos una vital importancia a que la intervención sea cuanto más temprana mejor. Por eso, hacemos hincapié en que no necesitamos de un diagnóstico para poder intervenir, entendemos que cada niño (aún compartiendo un diagnóstico) es diferente y como tal los objetivos a trabajar serán también distintos.
Para poder establecer dichos objetivos, necesitamos realizar una evaluación que nos sirva de guía para diseñar e implementar los programas de enseñanza. Esta evaluación va dirigida a detectar los déficits y excesos que el niño tiene en cada una de las áreas de intervención. Dichas áreas son:
- Lenguaje: Receptivo y expresivo
- Motora: Habilidades motoras gruesas y finas
- Cognitiva o académica: seguir instrucciones, igualar, imitar,...
- Autonomía personal: comer, vestirse, control de esfínteres,...
- Juego: independiente, manipulativo, cooperativo, simbólico, con iguales...
- Social: responder al nombre, contacto ocular, atención conjunta,..
Una evaluación completa incluye: una entrevista con los padres, observaciones directas del niño y pruebas estandarizadas de habilidades que sirven como línea base y que se pueden volver a realizar en diversas ocasiones a lo largo de la intervención sirviendo así como herramienta objetiva para reflejar los avances que se vayan produciendo, o como indicador de aquellas habilidades que sea necesario seguir trabajando o empezar a hacerlo.
Las pruebas o instrumentos de evaluación que más comúnmente se utilizan son:
- PEP - R: (The Psychoeducational Profile Revised). Fue creado dentro del programa de división TEACCH. Para niños entre los 6 meses y los 7 años. Proporciona información sobre el funcionamiento en 7 áreas del desarrollo: imitación, percepción, motricidad fina, motricidad gruesa, coordinación oculo-manual, rendimiento cognitivo y cognitivo - verbal. Además identifica patrones no funcionales de conducta.
- ABLLS: (The Assessment of Basic Language and Learning Skills). Evaluación del lenguaje y habilidades de aprendizaje básicas. Analiza los puntos fuertes y débiles de una persona en un total de 544 habilidades divididas en 25 conjuntos. Existe versión en español.
- VB - MAPP: (The Verbal Behavior Milestones Assessment and Placement Program). Basado, al igual que el ABLLS en el trabajo de Conducta Verbal de Skinner. Se diseñó para identificar fácilmente las habilidades presentes en niños con autismo.
- ELM: (Early learning measure). Se pasa cada seis meses. Al niño se le van dando una serie de instrucciones y se puntúan como positivas o negativas. A un número concreto de errores no se continua. No sé puede reforzar ninguna respuesta, pero si motivar para mantener la atención. Se dan dos oportunidades de respuesta.
Una vez realizada la evaluación, podemos comenzar a plantear el plan educativo especifico que vuestro hijo necesita para fomentar aquellas habilidades que necesite aprender o mejorar y disminuir los excesos conductuales que interfieren en su aprendizaje y en su adaptación al medio.
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