Cuando nos diagnosticaron TEA,
después de una peregrinación de médicos durante 3 años te preguntas ¿y ahora... qué? Empiezas otro viaje, saltando de un profesional a otro, con esperanzas
falsas, con tratamientos innecesarios, perdiendo tiempo, perdiendo dinero y
sobre todo esperanza. Vas viendo como la "relación" con tu pequeña se
deteriora, cómo te duele cada autolesión que se infringe y que no sabes cómo
parar....
Y sin dejar de viajar un día tuvimos
la inmensa suerte de dar con La pieza del puzzle, una bendita casualidad
(porque desde las "sabias instituciones" no te mencionan esta
metodología) y te encuentras con PROFESIONALES (sí, así, con mayúsculas) que de
verdad creen en tu hija, en sus capacidades y en su mejoría y donde antes
habíamos tenido una negrura ante nosotros empezamos a vislumbrar una luz, una
luz que crece, que no deja de crecer...
Cris no era capaz de estar quieta más
de 3 segundos, era incapaz de sentarse, era incapaz de comer sola, de mirarte,
de jugar, de pedir... Tantas cosas por las que sufría ella y nosotros con
ella... No. Ya no quiero pensar en el horror, en el negro otra vez...
En La pieza del puzzle, con todas sus
SUPERPROFESIONALES (lo grito: Manuela, Paloma, Sara...) ha aprendido mucho y va
a seguir aprendiendo. Me habéis devuelto a mi niña y espero que sigamos mucho
tiempo porque aún tenemos mucho trabajo por delante, pero ahora sé que con
vosotras es posible...
Paloma Cancela