martes, 28 de marzo de 2017

Qué es y cómo podemos detener la ecolalia

La ecolalia consiste en la repetición de frases o palabras que el niño/a ha escuchado de forma inmediata o retardada. Es un lenguaje no funcional y su uso puede revelar problemas en la comprensión del lenguaje o en el manejo de situaciones difíciles. 


Antes de intentar que vuestro hijo/a deje de usarla, es importante que veamos que uso se le da a la ecolalia:

- Como forma de comunicación: El niño/a puede no saber el significado de palabras individuales y se apoya en frases que ha escuchado para comunicarse. Por ejemplo, sabe que si dice ¿Quieres jugar con el coche?, el coche aparece.

La ecolalia es más fácil que un discurso espontáneo, por lo que también es más sencilla de utilizar para un niño/a con autismo, sobre todo en situaciones de estrés.

En ocasiones, la repetición es el final de una pregunta, por ejemplo ¿vas al parque? "al parque", que puede ser interpretado como una respuesta y así reforzado.

Los niños/as con autismo, pueden utilizar un guión relacionado con una emoción para expresar que es lo que sienten porque dicha frase o guión es el que tienen asociado con esa emoción o sentimiento. Por ejemplo, decir "viene el gigante verde" en lugar de "tengo miedo".

- Para recordar cosas: En ocasiones el niño/a repite una secuencia de pasos a medida que los va realizando a fin de poder recordar mejor y asegurarse que lo está haciendo correctamente. Por ejemplo "cojo el cepillo de dientes, pongo la pasta, me cepillos los dientes, ....."

- Para tranquilizarse: Ante una situación de estrés, por ejemplo, una habitación llena de personas hablando, repetir una y otra vez la misma frase, puede servir al niño/a a controlar sus emociones y relajarse.

- Para autoestimularse: La estimulación vocal de repetir algo puede producir en el niño/a una satisfacción intrínseca, siendo esto para él/ella una diversión.

Ahora que ya sabemos que usos puede estar dando el niño/a a la ecolalia, es importante que observes a tu hijo/a para saber cual de ellos es el que está utilizando tu pequeño/a, y así poder elegir y ajustarte mejor a las soluciones que a continuación planteamos:

- Enseñar guiones:

* Ayuda a tu hijo/a a entender que está bien decir "No lo sé", para aquellas preguntas para las que no saben la respuesta. De esta manera puedes controlar la repetición de la última palabra o frase que escuche.

Para entrenar esto, haz preguntas a tu hijo/a para las que sepas que no sabe la respuesta, y modela para que su respuesta sea "no lo sé", anticipándote a que no repita la pregunta o la última parte de la misma. Por ejemplo: ¿Donde están los abuelos? No lo sé. Al principio una ayuda puede ser formular la pregunta de la siguiente forma: "¿sabes donde están los abuelos o no lo sabes?

* Pide a tu hijo/a que te dé la respuesta correcta a determinadas preguntas. Por ejemplo ¿cómo te llamas? José. Repite la secuencia una y otra vez hasta que haya aprendido el guión correcto. Ten en cuenta, que debes utilizar preguntas para las que la respuesta es siempre la misma, y no utilices preguntas cuya respuesta cambia con frecuencia, como por ejemplo ¿de que color es tu pantalón?

* Poco a poco enseña a tu hijo/a todos los guiones que puedas enfocados siempre a sus necesidades. Hazlo de forma gradual, y así podrás brindarle herramientas para desarrollar confianza, vocabulario y comunicación e interacción adecuadas.

* Los guiones permiten evitar la frustración o la angustia que pueden suponer para tu hijo/a el no poder comunicar lo que sienten o quieren en un momento dado. A través del guión el niño puede solucionar un problema antes de que llegue a angustiarle y comience a gritar o llorar. Algunos ejemplos de frases que puedes enseñarle asociadas a situaciones son:

- Tengo hambre
- Necesito estar solo 
- Hay demasiado ruido
- Eso duele

-  Fomentar la comunicación:

Cuando tu hijo/a comience a hablar, averigua que es lo que trata de comunicar. Hazle preguntas y dale tiempo para que piense su respuesta.

Utiliza la fórmula de decirle una frase inacabada para que sea él/ella el que la termine, dándole las opciones para ello, por ejemplo: "Quieres ir a...." Jugar o Saltar. Puedes acompañarte de apoyos visuales usando tarjetas con imágenes. 

Si el niño/a no termina la frase, puedes cambiar la pregunta y decir ¿Quieres ir a jugar? y modelar para que responda Si o No.

Siempre que el niño/a nos comunique algo de forma adecuada, demostremosle que esa es la manera de conseguir las cosas, por ejemplo si nos dice, tal y como le hemos enseñado que algo es demasiado ruidoso para él, hagamos inmediatamente lo posible para que deje de serlo.

- Utiliza la técnica del modelado:

A través de esta técnica enseñaremos al niño/a las frases adecuadas que tiene que usar. 

Utiliza las palabras exactas que te gustaría que tu hijo/a use. Debes buscar las palabras y frases exactas que el niño pueda entender, elegir y reproducir. 

Para entrenar, tendremos que provocar las situaciones reales en las que el niño pueda utilizar esas frases o palabras de forma adecuada. Por ejemplo, podemos utilizar algo que ya sabemos que no le gusta, para ofrecérselo y modelar que él/ella responda: "no lo quiero".

Si repites la frase varias veces y el niño/a no responde, acompáñala de la realización de la acción, de está manera comenzará a asociar la frase con la acción y con el tiempo comenzará a utilizarla.

Evita las preguntas, porqué las repetirá, en su lugar dí lo que él debería decir. Por ejemplo, si ves que necesita ayuda para, en lugar de preguntarle ¿quieres que te ayude?, dí "por favor, ayuda" y alientale a que el/ella lo diga, y en ese momento dale la ayuda.

Cuando practiques esta técnica, evita en la medida de lo posible decir el nombre del niño/a, por ejemplo, si estamos enseñando a que salude, digamos solo "Hola" y no "Hola Juan", de esta manera aprenderá a saludar a los demás diciendo "Hola" y no "Hola Juan".


lunes, 20 de marzo de 2017

La intención comunicativa

Una de las características que encontramos en una persona con TEA es que su comunicación, está afectada en mayor o menor medida. Cada uno tiene diferentes destrezas en este campo, pudiendo ser verbal o no verbal. Independientemente de esto, lo que hoy nos ocupa es hablar acerca de la intención comunicativa que presente la persona.

Como su propio nombre indica, la intención comunicativa se refiere al deseo de una persona de comunicar algo, pudiendo ser de forma verbal o no. Esto implica, que dicha persona busque el interactuar con los otros, y que tenga la iniciativa para ello, que sepa que su gesto, acción o sonido provocan una reacción en el otro. Este es uno de los aspectos que se encuentra alterado cuando hablamos de la comunicación en personas con TEA.

Como hemos visto, la intención comunicativa, no tiene porque ser necesariamente a través de un lenguaje hablado con sonidos y palabras. Esto es importante a tener en cuenta a la hora de realizar una buena intervención en lenguaje. Tanto si el niño/a es verbal o no, la intervención debe de incluir el potenciar dicha intención comunicativa. Por mucho que dotemos de lenguaje (verbal o no) a una persona, si, esta no tiene la intención de utilizarlo, si no ha descubierto lo que puede conseguir a través de él, no servirá de nada, ya que no lo utilizará de forma espontánea ni con un fin.

En la metodología ABA, desde el inicio de la intervención, se trabaja dicha intención a través del programa de Mandos (peticiones), donde se enseña al alumno/a a pedir desde su forma más sencilla: extendiendo la mano hacia el objeto de deseo y mirando después al interlocutor, hasta donde el niño/a pueda llegar, por ejemplo verbalizando lo que quiere.

¿Qué podemos hacer para favorecer la intención comunicativa con un niño/a con TEA?

- Provocar situaciones en las que se genere la necesidad de comunicación para el niño/a. Por ejemplo poniendo objetos de su interés a la vista, pero sin que pueda acceder a ellos fácilmente. Cuando intente cogerlos, será cuando le daremos un modelo sobre como comunicar que los quiere.

- Preguntar ¿qué estás haciendo? y  verbalizar lo que el niño/a esté realizando, por ejemplo: "me como la merienda"; "estoy jugando con una pelota".

- Dedicar un tiempo a jugar de forma cooperativa, favoreciendo la interacción: "ahora me toca a mi", "ahora te toca a ti",... .

Importante a tener en cuenta:

- El contacto visual. Cuidar que el niño/a mire a la persona con la que está interactuando cuando se dirija a ella, ya sea de forma verbal o no.

- Antes de hablarle, asegurarse que está prestando atención.

- Usar apoyos visuales que faciliten la comprensión.

- Enseñar a señalar lo que se quiere.

- Minimizar las expresiones, utilizar frases cortas, evitando palabras redundantes e innecesarias. 

- Hablar despacio y claro. Exagerar el tono, sobre todo en la información más relevante de cada frase.

- Dar el tiempo necesario a la persona para que responda.

- Repetir lo que diga y haga, estableciendo un "diálogo" con gestos y palabras sobre lo que está ocurriendo. Hacer contraimitación.

- Y por último, no olvidar reforzar todos sus esfuerzos.



martes, 14 de marzo de 2017

Programas de trabajo: Área atencional

En la terapia ABA trabajamos todas las áreas del desarrollo evolutivo del niño/a. Dentro de cada área, se encuentran los programas de trabajo o las diferentes habilidades que conforman cada área.

A continuación, les mostramos el área atencional y los diferentes programas que la componen.

Mantener una atención adecuada es un requisito necesario para el aprendizaje de cualquier habilidad, es por ello que desde el inicio de la intervención se trabajan tanto por separado como de forma transversal (a lo largo de toda la sesión), los siguientes programas:


- Contacto ocular: Consiste en que el alumno/a debe mantener el contacto ocular durante  tiempo determinado con la terapeuta cuando se da la instrucción “mírame”. Al principio se refuerza que se mantenga durante al menos un segundo, y ese tiempo irá incrementando hasta valores que sean funcionales, de manera que el niño/a, responda correctamente a la instrucción "mírame" y sea capaz de mantener la atención mirando a la terapeuta el tiempo que sea necesario para que esta realice una demanda. 

Esta habilidad, se generalizará para que el niño/a responda también a otras personas y en otros contextos que no sean el terapéutico.


- Responder al nombre: Este programa consiste en llamar al alumno por su nombre, y que éste responda dirigiendo la mirada hacia la terapeuta (o la persona que lo haya llamado), está dividido en diferentes condiciones:

(a)  La persona que le llama por su nombre está en frente o al lado y el alumno/a  no está realizando ninguna actividad.

(b)  La persona que le llama por su nombre está detrás y el alumno/a no está realizando ninguna actividad.

(c)   La persona que le llama por su nombre está en frente o al lado y el alumno/a está realizando una actividad.

(d)  La persona que le llama por su nombre está detrás y el alumno/a está realizando una actividad.

(e)  La persona que le llama por su nombre está a 5 pasos en frente o al lado y el alumno/a está sentado/a y está realizando una actividad.

(f)    La persona que le llama por su nombre está a 5 pasos por detrás y el alumno/a está sentado/a y está realizando una actividad.

(g)  La persona que le llama por su nombre está a 5 pasos por delante y el alumno/a  está realizando alguna actividad motora gruesa (ej. montar en bici o caminar).

(h)  La persona que le llama por su nombre está a 5 pasos por detrás y el alumno/a  está realizando alguna actividad motora gruesa (ej. montar en bici o caminar).
Para dar por superada cada una de las condiciones el alumno/a, tiene que haber respondido correctamente en diferentes contextos y con diferentes personas.

- Seguimiento visual: Ante la instrucción “mira aquí” la terapeuta desplaza en todas las direcciones un objeto llamativo para el alumno/a, y este debe seguirlo con la mirada. De igual manera que en los anteriores programas, para que la habilidad se dé por aprendida, el alumno/a debe de seguir con la mirada cualquier objeto que le presente cualquier persona y en cualquier contexto.

- Señalar (instrucción): Ante la instrucción “señala” de la terapeuta, el alumno/a debe señalar aquello que se le presente. Se inicia la intervención iniciando al alumno/a a señalar una pegatina sobre un fondo blanco y de ahí se va aumentando la dificultad hasta que el niño/a es capaz de señalar un objeto colocado en la mesa, fotos colgadas en la pared, objetos en una estantería, etc..


 

lunes, 6 de marzo de 2017

Las claves del trastorno Específico del Lenguaje (TEL)

El Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) es un trastorno que afecta a la adquisición y desarrollo de las habilidades lingüísticas, y que causa un deterioro significativo en la vida comunicativa, social y emocional del niño.

Existen varios tipos de TEL:
- TEL comprensivo, donde la habilidad afectada es la comprensión del lenguaje. 
- TEL expresivo, donde la habilidad afectada es la expresión del lenguaje. 
- TEL mixto, donde ambas habilidades tanto expresiva como receptiva están afectadas.

Es un trastorno genético y persistente, que afecta a la adquisición del lenguaje desde sus inicios y se prolonga hasta la edad adulta. Por ello, es  muy importante realizar detección e intervención temprana  y dar importancia a estas dificultades pues el "ya hablara", "mi hijo empezó a hablar más tarde", pueden hacer que la intervención con un niñ@ con TEL se vea afectada.
Es un trastorno muy poco conocido y se piensa que no hay muchos niños afectados, pero la realidad es que los estudios sitúan la prevalencia para el TEL entre el 2% y el 7% de la población escolar. aunque los diagnósticos no representan a los casos reales de TEL por el gran desconocimiento que aún aflora hoy en día.

El TEL se materializa en dificultades en uno, varios o todos los componentes del lenguaje (fonología, morfosintaxis, semántica, pragmática). Además, es un trastorno que se puede manifestar en distintos grados de severidad, y muchas veces se llega a pensar que una persona con TEL no tiene habla. Hay niñ@s que en las primeras etapas no manifiestan lenguaje pero en el desarrollo van adquiriendo herramientas linguísticas.

A continuación, comentaremos las señales que podemos observar en niñ@s de 3 a 5 años:
- Son niños con ausencia o retraso en el lenguaje.
- Son niños que presentan escasas manifestaciones verbales.
- Errores graves en la pronunciación de ciertos fonemas
- El habla suele ser ininteligible.

- Presentan un vocabulario pobre.
- Un aprendizaje lento en la adquisición de nuevas palabras.
- Uso pobre de las flexiones verbales.
- Dificultad en pronunciar ciertos fonemas.
- Uso de gestos.
- Excesivo uso del "eso" por no saber decir lo que se quiere.
- Dificultad en articular palabras largas y repetir nuevas.
- Construyen oraciones de simples de 2 o 3 palabras.
- Dificultad en la atención auditiva.
- Dificultad en la comprensión.
- Dificultad en el uso de pronombres personales y posesivos.


y las señales que podemos observar en niñ@s de 6 a 7 años:

- Serias dificultades fonológicas que arrastra desde Educación Infantil.
- Persistencia en las dificultades de pronunciación de las palabras largas.
- Problemas en la conciencia fonológica.
- Comprensión muy literal del lenguaje, teniendo dificultades para comprender chistes, bromas, metáforas, ironías, etc.. 
- Dificultades en la adquisición de nuevas palabras.
- Da “rodeos” para designar objetos y conceptos, diciendo “eso para comer” en lugar de “tenedor”.
- Pobre vocabulario.
- Presentan alto grado de frustración tras errores en la comunicación.
- Errores de concordancia de género y número (el casa, la lápiz).
- Dificultad para comprender las instrucciones.
- Dificultad para comprender palabras con distinto significado.
- Escasas habilidades narrativas, uso de muletillas (hmmmm…. Ehhh….).
- La sintaxis es inmadura y suelen alterar el orden de las palabras en la construcción de frases.
- Dificultad en usar los pronombres, las preposiciones y las conjunciones.
- Presencia de sobrerregularizaciones.
- Pobres habilidades en el establecimiento de turnos, iniciar y mantener conversaciones, cambiar de tema, etc.

En definitiva, el TEL es un trastorno con gran afectación en la vida del niño, y que requiere de la realización de un diagnóstico preciso y temprano para dar atención precoz y especializada. Es fundamental  la implicación completa de la escuela y la familia.
 
Información extraída de: