lunes, 26 de octubre de 2015

¿qué hacer cuando....?

A muchos padres se les presentan dudas a la hora de enseñar el hábito de comer a sus hijos. A continuación, intentaremos resolver las cuestiones más comunes que os planteáis.

1. Intolerancia a algún alimento: deberéis acudir al pediatra si sospecháis que el niño presenta intolerancia a la lactosa, gluten, etc,.., y él será quien decida que alimentos puede ingerir y cuáles no. Una vez resuelta dicha cuestión el niño deberá comer todo tipo de alimento.

2. Vómitos: los niños presentan mucha facilidad para provocarse el vómito. Si esto sucede a menudo en las comidas, acudir al pediatra para descartar cualquier patología orgánica. Una vez que se haya descartado, debéis ignorar dicha conducta y seguir con la enseñanza de comer.

3. Está enfermo: si el niño tiene fiebre, es normal que el apetito disminuya y necesite mayor ingesta de líquidos. No alarmarse si el niño no come.

4. Sólo come mirando la televisión o jugando: mientras el niño ve dibujos o juega con algún juguete come sin dificultad, pero sin estos incentivos el niño no come. Tener cuidado con este hábito pues no es adecuado, para aprender a comer de manera correcta solo pueden estar presentes los objetos asociados al hábito de comer.

Recordar siempre que:

1. Los padres dominan la situación y no pueden mostrarse inseguros o dubitativos. 
2. Que ambos padres se turnen en la enseñanza de dicha habilidad y lleven a cabo las mismas pautas.
3. El padre que esté realizando la enseñanza es el único que puede intervenir en la misma.
4. Aunque haya otras personas presentes, éstas no pueden intervenir, porque distrae y envía señales distintas al niño.


domingo, 18 de octubre de 2015

El diagnóstico

Desde la primera sospecha, hasta que la familia recibe un diagnóstico de TEA (trastorno del espectro autista) pueden pasar desde algunos meses, hasta años.

El diagnóstico de TEA es sin duda uno de los más desconcertantes que puede recibir una familia. Tras él y debido a la poca información que actualmente existe sobre las verdaderas causas, asaltan un montón de preguntas como: ¿qué ha podido pasar? ¿qué futuro le espera a mi hijo/a? ¿llegará a hablar algún día? ¿qué puedo hacer? ¿servirá de algo o haga lo que haga al fin y al cabo tendrá autismo toda su vida?

Diagnosticar el autismo no es tarea fácil, los criterios van cambiando y debido a que nos movemos dentro de un espectro, un continuo, ningún niño/a es igual a otro/a, y aunque comparten síntomas, cada uno de ellos tendrá un desarrollo diferente.



Aunque el autismo es un trastorno neurológico, se diagnóstica a través de observación del conducta del niño/a. Las pruebas que se les realiza: genéticas, neurológicas, análisis de sangre, etc... se utilizan como medio para descartar otros diagnósticos, como por ejemplo un síndrome genético, que comparta rasgos con el autismo pero que descarte un TEA.

En la actualidad los criterios diagnósticos del autismo están recogidos en la última versión del manual de diagnóstico, el DSM V. Y entre los profesionales hay digamos dos vertientes, los que consideran las diferentes categorías del autismo como entidades claramente diferenciadas: TGD (trastorno generalizado del desarrollo), síndrome de Asperger, trastorno desintegrativo y autismo. Y aquellos que defienden un gran continuo que va desde los que tienen un bajo rendimiento hasta los que son de alto funcionamiento, dependiendo de las habilidades cognitivas que estén más o menos desarrolladas y/o adquiridas o preservadas.

En lo referente a un pronóstico, ningún profesional que se precie os podrá decir nunca a ciencia cierta, cual será el futuro de vuestro/a hijo/a. Todo dependerá principalmente de dos cuestiones:

- ¿Cual es la causa que lo ha originado? Aquí es donde por el momento menos información veraz tenemos y por lo tanto más incertidumbre genera. Vuestro/a hijo/a ha nacido con autismo y lo tendrá el resto de su vida. Si pudiéramos saber la causa quizá se podría diagnosticar en función de la misma, su grado de afectación y con él saber si llegará a tener más o menos capacidades cognitivas. 

- La intervención tempranaSi hay algo en lo que la mayoría de profesionales que trabajan con niños y niñas con trastorno del desarrollo están de acuerdo es en que una vez detectados los primeros síntomas, cuanto antes se produzca la intervención, mejores resultados se obtendrán y mejor será el pronóstico de ese niño/a.

La combinación de estas dos variables, será la que de como resultado el futuro de vuestro hijo/a. Así por ejemplo, un niño/a que nazca con un grado de afectación mayor, pero que reciba una intervención terapéutica adecuada de forma temprana, puede llegar a tener un mayor rendimiento que uno que ha nacido con capacidades más preservadas pero que no reciba intervención a tiempo. O un niño/a que tenga una afectación mayor tendrá siempre peor pronóstico que otro/a que tenga menos aún recibiendo la misma cantidad y calidad de terapia.

domingo, 4 de octubre de 2015

Los contratos conductuales

Los contratos conductuales son una técnica de intervención utilizada en la terapia ABA. Un contrato de contingencia o también llamado contrato conductual es un documento que especifica una relación de contingencia entre la realización de una conducta específica y el acceso a un premio específico. Normalmente se utiliza con alumnos que ya han aprendido las contingencias mediante refuerzos directos y economías de fichas. Con los contratos conductuales se demora la aparición del premio, por lo que se utiliza para determinadas conductas o cadenas conductuales que ya han sido adquiridas previamente (por ejemplo vestirse, comer estar en silencio o no escupir).

Los contratos deben ser justos, claros y honestos. Para mantener la motivación hasta que se obtenga el resultado, no se debe escribir un contrato que pueda eliminar la motivación de la persona demasiado pronto. Los contratos efectivos tienden a terminar automáticamente a medida que las conductas se mantienen por reforzadores naturales y se obtienen con conductas que producen productos permanentes o que ocurren en la presencia de la persona que controla el premio. Hay que tener en cuenta que los contratos no son efectivos normalmente con personas que tienen discapacidades muy severas debido a déficits en el lenguaje y la comprensión, pero si pueden ser efectivos con personas que no leen si se utilizan fotos, o un medio audiovisual.

En los contratos conductuales hay dos partes importantes: una descripción de la tarea y una descripción del premio. Para determinar la tarea hay que tener claro cuatro componentes básicos:
*     ¿Quién tendrá que realizar la tarea?
*     ¿Qué conducta debe realizarse?
*     ¿Cuándo deber realizarse la conducta?
*     ¿Cómo debe realizarse la tarea? Esta parte implica especificar la tarea.

Por otra parte, el premio debe negociarse antes con el alumno. Sobre todo al principio, los premios deben ser frecuentes y aumentar el tiempo cuando el contrato esté establecido. Cuanto más tiempo se demore la llegada del premio, más potente deber ser el premio obtenido. La descripción del premio deber ser  muy completa, de forma que quede lo más especificado posible.
*     ¿Quién evaluará las respuestas de la persona y dará el premio?
*     ¿Cuál es el premio?
*     ¿Cuándo se dará el premio?
*     ¿Qué cantidad de premio se va a dar?

Hay que establecer cada cuando tiempo se va a revisar el contrato y registrar su progreso, esto proporciona la ocasión para que tanto el alumno como la maestra puedan recordar las condiciones de manera regular. Además puede incrementar las conductas de atención constante mientras se realizan las tareas. Por ejemplo si la alumna cumple con las tareas, se le coloca una ficha cada 5 minutos y una vez que obtenía 5 fichas podía acceder al premio. Esto hace que el niño mantenga la atención hasta conseguir el premio.

Los contratos conductuales presentan varias ventajas, establecen un sistema de manejo de la conducta positivo, incita la participación activa y determinación por parte del alumno y pueden usarse para enseñar independencia y autocontrol.

Ejemplos de contratos:

Economía de fichas:





Celia villoslada Díaz de Rojas